Estimada Comunidad Educativa, con mucha alegría y esperanza les saludo y les doy la bienvenida a este nuevo año escolar.
No hay duda que el año 2020 ha sido difícil para todos los chilenos, pues no solo hemos tenido que lidiar con la pandemia, sino también con las consecuencias del estallido social que ha dejado al descubierto las grandes desigualdades en nuestra tierra.
Es indiscutible la importancia de la presencialidad como modo de establecer un proceso de aprendizaje humano, pero tampoco podemos soslayar el impacto que tiene la tecnología en nuestras vidas. Durante el año pasado como comunidad educativa asumimos el desafío de responder a las necesidades educativas de nuestros estudiantes y pusimos todo nuestro esfuerzo por responder de la manera más creativa y eficaz posible. Como educadores, y pese a las dificultades, comprendimos que debíamos mantener los espacios educativos como lugares de encuentro, acogida y aprendizaje no solo curricular, sino especialmente, emocional. Nuestros docentes y asistentes estuvieron a la altura de las circunstancias y respondieron con creatividad y entusiasmo. Valoramos y reconocemos este esfuerzo y lo agradecemos.
Durante estas últimas semanas la discusión se ha centrado en volver a clases presenciales y del tiempo perdido en la educación de nuestros estudiantes. Sin embargo, nadie ha puesto en discusión las necesarias iniciativas para mejorar los acceso a las tecnologías de nuestros estudiantes y las mejoras urgentes que tienen que ver con una educación de calidad para todos.
Creo que, a diferencia de muchas opiniones, no hemos perdido nuestro tiempo, sino por el contrario, hemos tenido la oportunidad de sacar lo mejor de nosotros mismos para enfrentar los desafíos de educar a distancia, cuestión para la que no estábamos preparados.
Los esfuerzos de las familias, estudiantes, docentes y asistentes permitieron que un gran número de nuestros estudiantes participaran de las clases en línea y descubrieran muchos de los talentos que se hallaban escondidos. También fue una oportunidad de hacer vivos los valores de la comunión y la fraternidad, en especial, cuando comunitariamente se compartía la alegría de estar juntos o la tristeza de tomar conocimiento de un ser querido que partía.
No hemos perdido el tiempo, hemos ganado en creatividad, solidaridad, fraternidad y respeto. Hemos crecido en generosidad y aceptación. Hemos abierto nuestros hogares para dejar entrar a todo un curso a nuestras casas y compartir nuestros conocimientos y también nuestros sentimientos. Ha sido una experiencia maravillosa, porque nos ha permitido crecer como seres humanos. Hemos aprendido a empatizar con el otro.
Si bien hubo familias que no se integraron del todo a nuestro trabajo, debemos agradecer a la mayoría de las que con esfuerzo, empatía y mucho trabajo hicieron posible que semana a semana nuestras aulas virtuales fueran lugares de encuentro. En este esfuerzo colectivo creo que hemos ganado en humanidad que, como dice el Papa Francisco, “permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite”1 .
En este nuevo año debemos construir aprendizajes a partir de lo aprendido el año anterior. Nuevas formas de enseñanza serán necesarias para alcanzar los aprendizajes que nuestros estudiantes requieren para responder a los desafíos que les plantea la sociedad de la información.
Invitamos a todos y todas quienes somos parte de esta Comunidad Educativa Pastoral a enfrentar estos desafíos confiando en las capacidades de cada uno y en la protección de Santa Clara y San Francisco.
Nuestra responsabilidad es formar hombres y mujeres que se realicen como seres humanos con valores cristianos y que tengan sentido de responsabilidad con la creación.
“La tarea educativa, el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente, la hondura espiritual, hacen falta para dar calidad a las relaciones humanas…”2 , nos indica el Papa en Fratelli Tutti. Hagamos realidad estos deseos en nuestra labor educativa.
Que la Paz y el Bien nos acompañen durante este año y nos llenen de alegría y esperanza.
Adrián Délano Briceño, Director
Valparaíso, 24 de febrero de 2021.
¹ Fratelli Tutti, Papa Francisco, Nº1
² Idem Nº 167