El pasado jueves 29 de abril, nuestra comunidad educativa vivió un momento muy especial: celebramos la Eucaristía de los Tutores, un espacio lleno de fe, gratitud y compromiso.

La ceremonia comenzó con una reflexión profunda: “Lo que debe inspirarnos es el amor. El amor a Dios y el amor a los demás”. Recordando las palabras del apóstol Pablo: “Cualquier trabajo que hagan, háganlo de buena gana, pensando que trabajan para el Señor y no para los hombres”, invitamos a nuestros estudiantes a vivir su rol de tutores desde el servicio generoso y desinteresado.

Durante la Eucaristía, dimos gracias y pedimos la bendición para los jóvenes que este año asumirán la importante misión de acompañar, orientar y apoyar a sus compañeros en el camino del aprendizaje. Este rol no solo implica compartir conocimientos, sino también transmitir los valores cristianos que nuestra sociedad necesita, siguiendo el carisma de nuestra fundadora Antonia Lampel: educar con amor, enseñar con pasión y servir con humildad.

También estuvieron presentes los integrantes del Centro de Estudiantes, quienes recibieron un reconocimiento por su compromiso con la vida democrática del colegio. Ellos representan a sus compañeros, fomentan la participación activa y organizan actividades que fortalecen nuestra comunidad.

En un gesto simbólico y emotivo, se hizo entrega de la piocha con la insignia del colegio a los nuevos tutores, desde séptimo a cuarto medio, y a los miembros del Centro de Estudiantes, como signo de su responsabilidad y compromiso con el servicio.

Confiamos en que Dios los inspirará en esta hermosa labor que emprenden, recordándoles siempre: “Lo que hagas, hazlo bien”.

 

Paz y Bien

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